Sentía mi piel de mármol, las manos de marfil y mis labios burdos, ahora era parte de otra pieza más de este juego insano, alienado de mis emociones, había flaqueado ante la esperanza de recobrar la fragilidad de mi ser.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
...
No eran más que palabras fursias y vástagas de un desamor lo que escribía. Necesitaba del sosiego de una tarde para recobrar el hilo de mi retórica y apaciguar la ira que me hacía lapidar mis letras. Como pétalos marchitos iba dejando las hojas sobre las que empuñaba y no escribía más que versos envenenados, colmados de frustración. Poco a poco que atenuaba esta amargura pude despejar mi mente de lo que tanto me abrumaba, y me di cuenta que había perdido mucho más que aquel resentimiento, había perdido lo que tanto me hacía humano.
Sentía mi piel de mármol, las manos de marfil y mis labios burdos, ahora era parte de otra pieza más de este juego insano, alienado de mis emociones, había flaqueado ante la esperanza de recobrar la fragilidad de mi ser.
Sentía mi piel de mármol, las manos de marfil y mis labios burdos, ahora era parte de otra pieza más de este juego insano, alienado de mis emociones, había flaqueado ante la esperanza de recobrar la fragilidad de mi ser.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Por qué le quitaste el título a el escrito?
ResponderEliminarMe gustaba "Fragilidad"