He unido los retazos de mis sentimientos para acobijarte en el lecho de nuestro amor, no falta decirte que te amo si te lo demuestro con mi mirada, con el rozar de mis manos, con mis infatigables caricias y es que lo mio no son las palabras si no el lenguaje del tacto y no me canso de ser el escultor sobre tu cuerpo arcillado.
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