sábado, 29 de octubre de 2011

Desentrañandote


Y nos hemos quedado con falsas promesas, recuerdos olvidados en el desván y con amores fugaces como las hojas al caer en el otoño.

No puedo decir que se fingir mis besos, maquillar mis caricias, si poso mis labios es porque siento la necesidad de desarraigar los tuyos, una necesidad tan vehemente como la de rasgar tu piel, encarnarme en ella y devorar cada fibra de tu ser.
Y es que cuando sujeto tu rostro con mis manos me gusta perderme en lo profundo de tu pupila tratando de encontrar mi reflejo en ella y que decir de cuando te sujeto, te abrazo, sentir tu cintura perfilada tan análoga a la de un reloj de arena, eleva mis sentidos hasta la cúspide de mi espina y siento como se libera miles de endorfinas que dejan mi rostro pasmado, atónito, como cuando devoras mis oídos con susurros y dejas gélidos mis poros ante tus suspiros.

Seremos dos nómadas explorando nuestros cuerpos trazando caminos que se convertirán en el porvenir de nuestro placer, un placer mas que carnal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario